“¡Lo he averiguado! ¡sé qué quiero hacer! soy consciente de que el reino temblará con lo que voy a hacer y ya lo tengo decidido", gritaba a voz y grito a los cuatro vientos. "Tengo miedo y también medios, así es que voy a por la caja de herramientas que la Bruja Tina me regaló por mi cumple, ella sabía que esto pasaría y seguro que me hizo algún kit de 'primeras decisiones'"
“¡Princesa! ¡Cuéntanos!,” cantaban sus pájaros eufóricos al verla resplandeciente.
“En
mi sueño he visto mi mundo real. Todos los paisajes estaban del revés y sin embargo me sentía cómoda, con lo cual ese revés es lo que estoy buscando en mi vida. El cambio de escenario, de piezas. Me he dado cuenta de que el miedo y la
debilidad que he sentido todos estos años los he alimentado desde el día
en el que alguien escribió que eran obligatorios en esta historia de la
que soy protagonista. Y desde ese día en el que mi destino parecía
haber sido esculpido en piedra, todo en mi vida se fue convirtiendo en el reflejo de
esas palabras, mis pensamientos aprendieron a enredarse y enfocarse sólo
en el miedo, la inseguridad (suspira) y así fui perdiendo poder: el sabor
del amor, de la seguridad de trazar mi camino con todos los riesgos de fracaso, de desplome del reino que han montado mis padres...Además, quiero a la Bruja Tina desde el primer día que la ví y deseo estar con ella (sonríe), mi príncipe tendrá que conquistar nuevos territorios” "¡Princesa! ¿cómo sabes que el mensaje del sueño es este que nos cuentas? ¿y si es otro totalmente opuesto? ¿y si te equivocas?", piaban los pajarillos.
"No sabré que estoy en lo cierto a menos que siga a mi intuición. Si vivo amargada es bastante obvio que no funciona y si no funciona puedo hacer otra cosa", la princesa lo tenía muy claro.
“¡Princesa!, ¿vas a abandonar nuestro cuento?,” cantaban temblorosos los pajarillos.
“Sí, porque es eso precisamente, un cuento", "no quiero amores platónicos, ni ideales de otros, no es nada personal, cada uno que cree lo que crea, ya he vivido la vida que otros querían para mí y ahora voy a vivir la que quiero yo para mí. Amigos, me marcho”
Vendió el palacio, sus padres la desheredaron y su apuesto príncipe volvió a casarse. Todo en orden. Y con su mochila partió río arriba dónde la esperaba la Bruja Tina.
Y colorín colorado, este cuento, gracias a la valentía de esta preciosa princesa, se ha acabado.

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